Por Isabel Allende-Robredo
Constantemente oímos hablar de interculturalidad. Comunicación intercultural, educación, intercultural, conflicto intercultural, mediación intercultural… Pero ¿Qué es en realidad la interculturalidad?
La definición más rápida y sencilla de definir la interculturalidad es hacerlo como la interacción entre dos o más culturas, pudiéndola entender, a rasgos generales, como contacto y como modelo de integración.
La interculturalidad como contacto entre dos o más culturas
La globalización ha aumentado significativamente la medida en que personas de diferentes orígenes étnico-culturales entran en contacto entre sí. Por supuesto, el contacto intercultural no es un fenómeno nuevo, pero ahora más que nunca, hay una mayor movilidad de las poblaciones globales, y, por lo tanto, un mayor contacto entre ellas. Esto significa que las formas convencionales de tomar contacto con otras culturas han cambiado, pues antes estaban lejos, sólo las conocíamos a través de imágenes de la televisión, del cine o la literatura (por lo general sesgadas), y no había por qué relacionarse con ellas. Sin embargo, ahora están aquí, y nosotras allí, y difícil es que, en algún momento, no nos relacionemos con ellas.
En el caso de España, además, debemos tener en cuenta que, desde hace siglos, convive la cultura gitana junto a la mayoritaria española (con todas sus diferencias entre comunidades que también tienen su propia cultura), y que esta convivencia no siempre ha sido fácil ni libre de conflictos, dada la cantidad de prejuicios (principalmente desde la comunidad mayoritaria hacia la minoritaria, pero también de ésta hacia la otra como mecanismo de defensa en muchas ocasiones) que desembocan en la discriminación y, en no pocos casos, exclusión social de la comunidad gitana.
Sean personas llegadas de otros países, sea la comunidad gitana española, en el caso de España, el contacto entre personas que provienen de culturas diferentes es un contacto intercultural, contacto que conlleva, además de una gran riqueza y oportunidades de desarrollo personal y social, una serie de desafíos comunicacionales y de posibilidad de conflictos debidos a que las personas socializadas en diferentes culturas tienen reglas de juego (valores, normas, creencias, etc.) distintas entre sí, y para poder "jugar" con ellas, es necesario conocer y entender su lógica.
La interculturalidad como modelo de integración y convivencia
Por otra parte, más allá de entender el concepto “intercultural” como la relación entre personas/grupos provenientes de diferentes culturas, la interculturalidad es también un modelo de integración(1) y una forma de interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y sinérgico, en pie de igualdad.
Una sociedad o una organización puede ser multicultural, pero no por ello significa que sea intercultural. Una organización (por ponerlo a un nivel más cercano a nuestra labor cotidiana) en la que trabajan personas de diferentes culturas, pero cuyo estilo de trabajo sólo contempla la forma de pensar y hacer del grupo cultural mayoritario, no es intercultural, sino tan sólo multicultural. Lo mismo pasa con la sociedad. Si en una sociedad viven, pero realmente no conviven, personas de diferentes culturas, que siguen las pautas marcadas únicamente por el grupo mayoritario, aunque se respeten tradiciones culturales distintas, diríamos que esa sociedad observa un sistema de integración multicultural, en el mejor de los casos, pluricultural, que no es lo mismo que intercultural (sociedad en la que más allá de tradiciones religiosas y folclóricas, o de determinadas regulaciones étnico-culturales propias, se tienen en cuenta las diferentes cosmovisiones, formas de pensar y hacer de los diferentes grupo, entre otras cosas, porque en la construcción de esa sociedad, sus leyes y políticas, participan en pie de igualdad todos los grupos étnico-culturales y religiosos existentes en la misma). Por hacer un paralelismo con la lucha feminista, al igual que una sociedad (o una organización) verdaderamente feminista sería aquella en la que se seguirían patrones femeninos y masculinos por igual y entremezclados -y no aquella en la que las mujeres deban encajar en el patrón masculino imperante- una sociedad/organización intercultural sería aquella en la que se rompe el molde etnocéntrico para dar cabida a formas de entender el mundo, pensar y actuar culturalmente diversas para construirla conjunta y sinérgicamente.
Para seguir con el ejemplo del juego de mesa, una sociedad/organización intercultural sería aquella en la que se crea un nuevo juego de mesa con la participación horizontal e igualitaria de miembros procedentes de ambas culturas (o de más, cuando sean varias las culturas que habitan/trabajan en un mismo espacio).
Para que la interculturalidad sea posible, y las relaciones interculturales positivas, es necesario que en la sociedad (o en una organización, a más pequeña escala) se den los siguientes requisitos:
BENEFICIOS DE LA INTERCULTURALIDAD
Los beneficios de la interculturalidad son muchos y variados. Por una parte, si entendemos la interculturalidad como contacto, encontramos beneficios tales como:
Por otra parte, si entendemos la interculturalidad como modelo de integración, ya sea de una sociedad, organización, modelo educativo, etc., los beneficios de ésta serían numerosos y variados, y entre otros, encontraríamos los siguientes:
¿Vamos a perdernos todos estos beneficios? ¡No deberíamos ¿No os parece?!
Si tienes interés en aprender más sobre este tema o en introducir procesos de mejora de la gestión de la diversidad cultural en tu organización, no dudes en ponerte en contacto con nosotr@s